El 2022 cerró como el año de la recuperación total de Texcope, tras el impacto de la pandemia. Según Joaquín Otero, gerente general de la empresa importadora y comercializadora de hilos y fibras, el Mundial de fútbol –a pesar de que no clasificara la selección peruana– y la temporada de invierno, elevaron la demanda por la confección y adquisición de prendas. Además, resaltó que el incremento de exportaciones a Estados Unidos también permitió que se regrese a una operación como a niveles prepandémicos.
“En volumen [de ventas] nosotros crecimos 10 % comparado con el 2021, pero en facturación crecimos en un 20 %, un poco también por la inflación. Definitivamente, hemos tenido una facturación históricamente alta, aunque el volumen no creció al mismo nivel”, explica.
Asimismo, remarca que el 2023 tiene factores favorables, como la estabilización de precio de los fletes internacionales. Otero relata que desde mayo del 2020, los precios bajaron desde los US$ 17.000 hasta los US$ 2.000 en que se encuentran actualmente.
“El 2023 estará como antes de la pandemia. Los fletes estarán entre US$ 2.000 y US$ 3.000, que es lo normal, no tendrían que aumentar su precio. Quizás algunos puertos particulares aumentes sus costos, pero no será algo tan significativo”, agrega.
A pesar de esto, señala que un costo adicional que se debe considerar es el incremento de tasas de interés. Detalla que su negocio se financia a través de los bancos, por lo que nuevos incrementos significarán un aumento de su costo de operación. “Por un lado, pagamos menos por los fletes, pero más intereses. Estamos casi igual en el tema de costos”, indica.
Otero explica que el 10 % del total de su facturación proviene de nuevos productos. Por ello, buscan introducir innovaciones a su portafolio constantemente para seguir siendo competitivos.
“Todos los productos tienen un ciclo de vida por más buenos que sean, probablemente en cuatro o cinco años un producto quede obsoleto y hay que buscarle reemplazo”, señala.
Detalla que la tendencia de mercado de Estados Unidos es consumir ropa confeccionada a base de material reciclado, mientras que en el Perú se está optando por ‘fast fashion’, es decir, prendas de vestir que tienen un tiempo de vida corto (un año aproximadamente), pero que son más baratas.
“La tendencia de ahora es que el consumidor compre prendas para usar solo por un año. El consumidor busca opciones más baratas para tener mayor rotación. Antes el consumidor podía valorar un producto más caro, pero que le dure más tiempo, usarlo unos cinco años, ahora quiere un producto barato que usa y valora solo por un año”, añade.
A partir de los nuevos proyectos espera que sus ventas crezcan en 15 % durante el 2023. “No lo vamos a lograr con los productos que ya tenemos, sino que va a ser por los nuevos desarrollos. El mercado está abierto a la innovación, por lo que creemos que vamos a crecer con los productos nuevos que comenzamos a lanzar en el 2022 y deberían concretarse en el 2023. No estamos iniciando de cero”, destaca.
Nota publicada en el Diario El Comercio